Luego de intentar actualizar mi Blog anterior, ese que vengo llenando con más descuido que respeto hace algo de dos años, y sabiendo que el formato me resultaba demasiado aburrido como para engancharme más de cinco minutos, hoy un buen amigo me sentó frente a su Mac y me dijo "¿por qué no pruebas con La Mula?". Me lo dijo luego de pasar media hora intentando cambiar el aspecto del que tenía en Blogspot para que resultara más atractivo.

Pasamos de los diseños clásicos, donde encontré uno que me encantó pero que no podía utilizar debido al formato (¿?), a los diseños en HTML. Nada. Casi a regañadientes me inscribió en La Mula, me sugirió varios diseños, el único que me gustó lo tenía ya una amiga en común, y finalmente, dimos de casualidad con este. A medida que la hora pasaba (yo tenía que dictar una clase a las 19h00), mi ansiedad iba aumentando.

Y entonces, recordé que hace un par de años, yo quería ser escritora. Recordé que saliendo de una clase él me dijo "intenta con la Escuela de Escritura Creativa". Intenté. Llevé el curso dos veces. Sigo sin escribir. Recuerdo que tiempo después le comenté que quería una computadora. Me dijo "tienes que tener una Mac. Tienes que enamorarte de ella, verla tan atractiva que te provoque escribir. Que no puedas dejar de escribir". Si claro, tengo una Mac. Me salió tan cara que la sigo pagando en partes, pero vale totalmente la pena. A estas alturas, ambos amamos las Mac con locura. Y los IPod. Y los IPhone. Y con un poco de suerte, algún día tendremos un IPad.

Hoy lo ha vuelto a hacer. Tiene la mala costumbre de devolverme la Fe en mi misma y todavía no lo sabe. Lo va a saber cuando lea esto. Luego de regañarme por llegar tarde, claro. Hoy retomo las clases de Escritura. Retomo por un día (me cancelaron la clase que iba a dictar así que puedo asistir a la suya) pero al menos, retomo. Así es esto. Un paso cada día. Creo que el truco está en no dejar que pase un día sin intentarlo. Yo he dejado pasar tantos días que hasta hoy me había ganado el desaliento.  Quiero ser escritora y no me animo a escribir. Tengo un Blog y no lo sigo. Tengo el comienzo de una novela, que he borrado y recomenzado tantas veces (por temor a sacarlo todo afuera antes que por no saber qué poner) que dudo algún día sea capaz de terminarla. ¿Qué tan cobarde puede ser uno?

Gracias Iván, te debo otra de miles, te veo en un ratito en clase. Ya más tarde actualizo los videos, fotos y demás detalles de edición que faltan. Si, llego tarde. ¿Cuándo no llego tarde? Lo que realmente vale, demora. Sabes que tengo razón. Generalmente la tengo.