Alas! como diría Shakespeare. La literatura y la música se unen, a través de los nuevos cuadernos Moleskine. Para mi es una sorpresa, las tenía tan disociadas.

Moleskine celebra el 40 aniversario del Festival de Woodstock con una edición limitada de cuadernos de colección. La colección incluye cuatro grandes cuadernos Moleskine, diseñados para conmemorar el Woodstock Music and Arts Festival utilizando el tema de la Paz, Amor y Música.

Un sketch-book, un cuaderno en blanco y dos modelos rayados, hay algo para todos. Nunca antes Moleskine ha tenido un motivo en la portada, de modo que estos son realmente especiales y abren el comienzo de una nueva era de temas Moleskine. Hay un regalo extra con cada cuaderno: stickers, postales, ó un poster interior como conmemoración icónica de llenar con amor tu vida.

La vibra de Woodstock nunca ha sido recreada con éxito en ningún evento musical ó artístico posterior, pues fue único y a la vez considerado como punto de inflexión en la cultura popular. También brilló como un faro para que la gente retomara su poder. ¿Por qué no nos damos cuenta de la energía que tiene el poder de la gente? Un evento que esperaba un máximo de 200.000 visitantes terminó siendo un concierto gratuito para más de 500.000.

Imposible no sonreír leyendo esto. Hay cosas que nos suceden a veces, que hacen que el corazón dé un volantín sin manos.

De mis pasiones de chica, la literatura fue la que más exploré, porque tuve el apoyo encubierto de mi abuelita y la presión de una profesora del colegio. La música fue su sombra. Mientras me apoyaban con la literatura, me decían que era imposible que hiciera música por falta de voz y de oído. Así, me cerraron las puertas del coro del colegio, de la banda del colegio, y hasta del grupo que hacía música de misa. Me sacaron de las clases de guitarra para que subiera las notas en matemáticas, me prohibieron tocar el piano de la familia para que no lo fuera a malograr y me mandaban a callar hasta cuando cantaba en el baño. Desde entonces la música ha sido mi pasión secreta, ese sueño inalcanzable que siempre tenemos y que sabemos nunca vamos a realizar.

Así de segura estaba, hasta que un día, un ex me calló mientras cantaba, diciendo acepta tus limitaciones humanas. Él era tenor y yo una desorejada. Dicen que los seres humanos sufrimos hasta que ya no podemos más. Ese día pisé fondo y decidí arriesgarme para saber la verdad.

Me conseguí una profesora de canto, me hizo la prueba de canto... Y ¡oh sorpresa!, sí tengo oído y también tengo voz. Es solo que mi timbre es un poco más alto de lo que yo pensaba y claro, nada me salía bien si lo intentaba forzar, sobre todo si el intento era sin técnica.

El miedo a incursionar en la música es para mi aún muy grande. Veintitantos años de "no puedes" crean un poco de inseguridad y te cuentas historias como primero me tengo que enfocar en una cosa, sino nada sale bien y cuando tenga el dinero suficiente, arreglo el piano y me meto en clases. Sé que me voy a contar esos cuentos durante mucho más tiempo del que debería. Sé que me voy a poner todas las trabas necesarias para que los cuentos se vuelvan realidad. Nadie conoce mi sombra tan bien como yo y sin embargo, aún me tengo mucha fe.

Para el día que lo intente -porque sé que ese día va a llegar- he decidido enviarme un regalo en el tiempo. Decido que el universo me regale uno de estos cuadernos Moleskine Woodstock, cualquiera de los dos modelos rayados, para poder esconder en sus hojas todos esos sonidos que vuelan a diario con el viento. Deseo, lo suelto y lo olvido, para estar segura de no entorpecer, aún más, al universo. Cual carta a Papá Noel, he incluído todas las especificaciones, junto con foto representativa por si acaso.

Espero que ese día llegue pronto.